Mercadeo, término ampliamente utilizado desde hace muchas décadas, pero, ¿realmente se entiende su significado y sus implicaciones?. Pareciera que la respuesta a esta interrogante es que no es así siempre. Y es que en el diario accionar de los profesionales envueltos en el mundo comercial, por vocación o por obligación, no se aprovechan las bondades de esta ciencia de par en par.
Muchos alegan que en los últimos tiempos con la alta influencia de hacer empresas socialmente responsables, el mercadeo ha perdido vigencia, puesto que su concepción busca finalmente vender un producto o servicio. Pues tal apreciación es ciertamente un error, porque las técnicas del mercadeo pueden ser totalmente adaptadas a la intención de impulsar y promover productos y servicios que tengan como objetivo beneficiar alguna comunidad.
Esto nos hace recordar tantos proyectos sociales que han visto su sueño desvanecer y ser tildados negativamente, sólo por no haber sido estructurados correctamente, porque no fueron presentados a los beneficiarios potenciales con estrategias que los conmovieran y captaran su atención, presentándose como respuesta a sus necesidades.
Las técnicas del mercadeo desde la investigación hasta la publicidad y distribución, pueden ser utilizados para comunicar una idea o propuesta que ayude a que una o varias personas logren: conseguir fondos para construir una cancha deportiva, recursos financieros y materiales para llevar a cabo un concurso de investigación escolar, para recaudar aportes materiales para casas hogares, entre un sinfín de opciones que, al final del camino, no persiguen el enriquecimiento de unos pocos sino el beneficio colectivo.
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